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Esbrújulo

Capítulo I - Prólogo

 

Tema: Comprender lo incomprensible 

(Ver cabecera)

 

El conocimiento en sí es apasionante, cuanto nos rodea, el mundo en que vivimos, la naturaleza, el universo, la vida, lo inmensamente grande o inmensamente pequeño. Hasta cierto punto todos tenemos necesidad de él, y sólo la ciencia nos puede dar una visión de conjunto armónica, sin contradicciones, en la que cada paso ha sido comprobado una y mil veces por diferentes científicos hasta ir desechando o confirmando hipótesis, y apoyándose en los avances de generaciones anteriores. Y ha sido la ciencia la que ha permitido el avance en la tecnología y con ello la mejora de nuestro nivel de vida, lo que no habría sido posible sin el descubrimiento de leyes de la naturaleza coherentes y válidas en todo el planeta, a diferencia de creencias, religiones y filosofías, distintas según los países. Pero la ciencia se va haciendo cada vez más incomprensible para el común de las personas en sus últimos descubrimientos e hipótesis.

Esto nada tiene de extraño. Nuestros sentidos nos dan un conjunto de informaciones sobre lo que nos rodea y nuestro cerebro elabora con ellos una representación de la realidad basada en esta información y especialmente en las imágenes ya que la visión es nuestro sentido principal. Sentidos y cerebro se han ido configurando y perfeccionando a lo largo de la evolución con un fin práctico, desenvolvernos y sobrevivir en nuestro entorno.

La ciencia, especialmente en los últimos años, ha experimentado avances considerables explorando entornos cada vez más alejados del nuestro habitual. ¿Como representar en imágenes lo que ocurre a nivel subatómico o en las lejanas profundidades del espacio, o las sutilezas de la interacción entre energía y materia, o las asombrosas cualidades de esta última? Evidentemente nuestros sentidos nunca han estado configurados para ello ni nuestro cerebro para darnos una representación adecuada en imágenes. Hasta ahora nos hemos arreglado imaginando modelos que nos dan una idea más o menos aproximada aunque nos consta que no son más que eso, modelos. Pero la ciencia ha profundizado demasiado para que nos sigan sirviendo.

Los científicos se han visto obligados a prescindir de estos rudimentarios modelos y sustituirlos por modelos matemáticos formados por complicados conjuntos de ecuaciones y que para ellos, una vez acostumbrados, representan mucho mejor la realidad y les permiten efectuar comprobaciones y seguir avanzando en el conocimiento. ¿Pero y los demás? Creo que pocos se sentirán a gusto con las explicaciones que nos dan en los artículos científicos cuando nos hablan del comportamiento y naturaleza de las partículas que componen los átomos, de la física cuántica o de la teoría de cuerdas. Desde luego yo no.

Necesitamos un replanteamiento de nuestras ideas, distanciándonos un poco de las puras imágenes, aunque sin necesidad de entrar en el mundo de las matemáticas que fuera de los especialistas en ello y científicos que las utilizan pocos podrán abarcar en su inmensa complejidad. Necesitamos especialmente diferenciar entre realidad y modelos de la misma y comprender como los elabora nuestro cerebro. Desde luego no se trata de llegar al nivel que ha alcanzado un científico después de dedicar a su especialidad toda la vida, ni de comprender todas sus hipótesis y elucubraciones, sino de mejorar nuestra cultura general y el disfrute que ello conlleva. Y creo que esto es perfectamente posible. E incluso que para explicar como hacerlo es mejor una persona de cultura normal que se ha dedicado siempre con placer a seguir los últimos avances de la ciencia en sus diversos campos, que un científico que generalmente navega ya por otros derroteros. Así pues voy a intentarlo.

(continuará)

3 comentarios

Esbrújulo -

Hola Gatopardo:
Lo de los dos preámbulos tiene fácil explicación. Son dos temas completamente distintos, cada uno de los cuales se compodrá de varios capítulos que irán saliendo alternadamente.
Estuve dudando entre montar dos blogs separados o uno sólo, me decidí por lo segundo y no se si ha sido un acierto.
El primer capítulo publicado corresponde a "Viaje al Interior de la Mente", y tendrá su continuación el jueves próximo. El segundo (que también es un primer capítulo) es el que comentas y corresponde al otro tema, "Comprender lo Incomprensible", su continuación vendrá el jueves siguiente.
En este tema voy a intentar dar una explicación comprensible de cosas en las que suele haber confusión, pero desde el punto de vista de la cultura general, es decir, sin profundizar y siempre dentro de una visión de conjunto. Utilizo pues el lenguaje ordinario evitando en lo posible los términos científicos que no todos conocen y que varían de unas disciplinas a otras.
¡Que me perdonen los especialistas!
El primer problema que encuentro es la necesidad de tener claro que no es lo mismo "lo que vemos o percibimos" y lo que desde el exterior de nosotros ha activado nuestros ojos u otro sentido, o nuestros instrumentos. El cerebro ha tenido que intervenir para interpretarlo. Esto es lo que yo he llamado "modelo de la realidad" y "realidad" porque de alguna manera tenía que denominarlo.
Si se tratara de explicar lo que está cerca de nosotros esta distinción sería innecesaria, pero cuando nos vayamos metiendo en niveles de la naturaleza más alejados (como en los componentes de los átomos) si no lo tenemos en cuenta nos será díficil entender algunas cosas.
Precisamente porque no puedo dar una definición de cada palabra que empleo, comentarios como el tuyo me son de gran utilidad al indicarme donde tengo que ampliar mi pensamiento.
Hola Muso:
Posiblemente te encuentras en un nivel científico superior al mío, así que tendrás que aceptar algunas simplificaciones destinadas a la mayoría y necesarias dentro del objetivo de tener una cultura general clara y coherente. Lo que dices de los "cuentistas" y alguna otra cosa lo verás tratado en capítulos sucesivos.
Saludos cordiales a los dos.

Gatopardo -

Hola Esbrújulo: me pierdo un poco con los dos preámbulos sucesivos con los que has iniciado la bitácora, salpicado de afirmaciones que no logro comprender en qué están basadas, como, por ejemplo: "Necesitamos especialmente diferenciar entre realidad y modelos de la misma y comprender como los elabora nuestro cerebro."
Los conceptos "necesidad", "diferenciar", "realidad", "modelos" (de realidad), "comprender", "elaborar" (datos) y "cerebro" los utilizas en un sentido laxo y literario que sugiere cosas al lector, pero no define inequivocamente lo que el autor opina.
Planteo el problema basico en la comunicación: la idoneidad del lenguaje específico que precisa cada materia, porque decir "real" o "realidad" no significa nada si no se acota el significado exacto que le das a esa palabra, ya que no es el mismo en Psicología, en Filosofía, en Física, Economía, etc.
Saludos solidarios

El Muso -

Para completar lo escrito, aunque creo que ya está dicho con otras palabras, como físico, tengo que hacer un comentario.

Los no científicos y los cuentistas se empeñan en defender a la ciencia porque, según ellos, es la única que nos dice la verdad acerca de la naturaleza. Esto no es cierto.

La realidad es un término que no se puede definir de forma tan arbitraria. La ciencia es, como dice Esbrújulo, un modelo de la naturaleza, realizado mediante diferentes herramientas. La más precisa son las matemáticas, pero puede haber más. Nosotros utilizamos las matemáticas porque son la consecuencia de una mentalidad analítica y descriptiva, pero podría utilizarse otro artificio de modelado. Igual que se hace al diseñar un edificio: podemos usar el Autocad, una maqueta, o una descripción escrita. Todos son válidos, pero unos son más prácticos o exactos que otros.

Esto hace que algunos conceptos que parecen lógicos al ver una ecuación matemática, como el principio de incertidumbre de Heisemberg, no sean fáciles de explicar en otros modelos.

Este problema también lo hay en las facultades de física de las universidades. Los profesores se empeñan en enseñar asignaturas como mecánica cuántica, partiendo directamente del modelo matemático, que, para colmo, no es nada sencillo.

Sin embargo, sería preferible dedicar un mes del curso (por lo menos) a hacer una introducción de los conceptos, a más alto nivel, obviando detalles matemáticos, e intentando que el alumno entienda la equivalencia entre dicho modelo y otro modelo más cercano a nuestro mundo cotidiano.

También suele suceder que las obras divulgativas, es decir, aquellas que pretenden acercarse al profano, son tan simples, que el concepto científico se difumina y hasta parece ridículo, provocando, de paso, la aparición de teorías populares o chorradas originadas por oportunistas.

Ejemplos de esto último es la manía que tiene todo el mundo últimamente de utilizar el término "energía" sin tener ni idea de lo que realmente significa. Que si "no tienes energía", que si "tienes energías muy negativas...". La energía se puede definir de forma muy “simple” como la capacidad de realizar un trabajo (físico). Y nada más. Matemáticamente, es un concepto que ayuda a resolver ecuaciones, gracias a las teorías de conservación.

Otra barbaridad extendida es relacionar el principio de la relatividad general de Einstein con la frase "todo es relativo". De eso nada. Precisamente, si interpretamos bien la teoría de Einstein, llegamos a la conclusión contraria.